Wednesday, February 11, 2009

Un pésimo ejemplo a seguir


Los individuos podremos ser muy tuanis, pero la muchedumbre siempre es una hijueputa.

Primero aplaudió a este carajo Phelps cuando ganó medallas como para crear su propia unidad monetaria. Después le cayó a pichazos (en sentido figurado) cuando lo pescaron fumando monte.

El populacho ardía (arde) de la chicha: Que este mae la cagó como role model porque los chiquitos lo veían como un héroe y ahora van a comenzar a subirla (la mecha) por el mal ejemplo. Quién dice q el carajo se auto-proclamó un role-model in the first place? Si el mae hubiera andado diciendo q era Jesúshombre o alguna vara así, todavía. Pero el q lo quiso seguir fue bajo su propio riesgo. El mae será a lo sumo un ejemplo a seguir en gane de medallas, pero ello no lo obliga a ser el paradigma holístico y eterno de ser humano. No le pegués tantas pulgas a un chavalo q viene saliendo de la adolescencia.

No juguemos de pichota. Nadie decía nada cuando este pobre güevón, todavía muy chamaco, se levantaba de madrugada a entrenar a una hora que la inmensisisísima mayoría de los demás no estábamos más que hechos un puro (sin agraviar) con las cobijas. Puta! Ah, después sí, qué tuanis ochenta y siete medallas. Hasta le pasaba lo de las rumberitas de Saprissa al mae, del dolor de espalda. Pero quién se puso a pensar lo q este mae tuvo q sacrificar para llegar tan alto (tan largo, tan fuerte)? Diay sí, el mae tenía q recuperar la fiesta q se había perdido toda la vida. Vos no habrías hecho lo mismo?

Además, imaginate al mae: joven; en forma, y ahora con un pichazo de harina y fama. Ponete a pensar, por decir algo, en el güevazal de hembras q le comenzaron a caer. Y la cantidad qué, la calidad de hembras, papá! Y obvio, q la fiesta... Q la aguilita, q el cigarrito, q el bong (la putada de fumar monte con q lo pescaron de fiesta). Diay sí, ni q el mae fuera San Martín de Porres. (By the way, habría llegado a santo San Martín si le hubieran llovido tantas hembritas, plata y fiesta?)

Ahora bien, sería tuanis ver una encuesta de CID Gallup para La Nación sobre cuántos de los q se ventean la jeta nunca han probado una copita, nunca le han pegado una jaladita a un cigarrito... De tabaco y cuidado si no de monte. Y eso q ninguno se ha ganado el pichazo de medallas de este mae.

Así q mi recomendación es q si querés un ejemplo a seguir, fijate en Jesucristo o el Chapulín Colorado o cualquier otro mae q ya esté muerto (incluyendo resucitados q se fueron al cielo y similares) o sea de mentiras o alguna madre así, pero si te basás en gente (como vos, valga la redundancia), tarde o temprano te van a bajar el moco.

A Maiquillol, si algún día llega a leer esta vara (un mae muy jetón), le digo q tranquili-for. Q no eche mucho ni fume tanto por la salud del mae. Pero si le da la gana hacerlo, q lo haga por el bienestar de él, no por los demás.

Y si me preguntás a mí, quiero finalizar lanzando mi dedo acusador (al final, también soy parte del populacho): la gente q ha hablado mierda de Michael Phelps es para mí un pésimo ejemplo a seguir.

Tuesday, February 10, 2009

El país sin importancia


Hoy al almuerzo estaba viendo las noticias en la tele: el motociclista q pasmó en los X-Knights (dos otres noticias), los animalitos q quedaron huérfanos tras el terremoto de enero, la reseña del Malacrianza (el toro de moda)...

Dónde? (me preguntaba para mis adentros con rabia creciente), dónde putas están las noticias políticas y económicas? No apareció ni mierda. Las noticias transcurrieron en medio de puras tonteras.

Estaba a punto de externar mi queja ante los demás comensales presentes cuando me puse a recapacitar y me dije, también para mis adentros: --Diay comemierda, qué querías? Espectaculares noticas sobre golpes de estado, sobre guerras y violencia callejera.

Metiéndome el sandwich hasta el fondo de la jeta, evité manifestar queja alguna y mientras trituraba cebolla, jamón y un toque de pimienta entre las muelas no pude evitar dejar escapar una mueca parecida a una sonrisa al cerrar mi monólogo mental: --Gracias a Dios q vivo en un país sin importancia.

Monday, February 2, 2009

Aparentes contradicciones

El arte es bello o irrelevante pero nunca feo, aun cuando sea feo.

El arte es feo cuando quita la inocencia, por eso para el sabio el arte más feo es el más bello.

Lo único bueno de la niniez es que se cura. La senial de que estás totalmente curado es que morís.

Pero si la niniez es inocencia y la sabiduría cura la inocencia, entoces la sabiduría es el signo de la vejez o sea de la muerte.

En conclusión, si amo la vida encuentro bendición en la ignorancia.

Pero vivir es conocer.

Sunday, February 1, 2009

Fumándome a The Beatles


Yo iba de pasada. Ni siquiera me acuerdo dónde fue. La vara es q me llegó el olor de Help. Yo siempre había desdeniado a The Beatles, pero ese día súbitamente me llegaron.

Caí en la oficina y comencé a trabajar y olvidé lo sucedido. Como tenía q hacer puras tareas repetitivas en Excel me puse audífonos. (Solo los uso cuando no tengo q hacer brete de pensar.)

Todo pasó tan rápido q no sé ni en qué momento caí en la tentación. Simplemente de un momento a otro dejé lo q estaba haciendo, me metí a Youtube y le pegué una profunda jalada a Come Together.

Tan pronto la golpeé, comencé a sentir cómo la canción me intoxicaba el cuerpo. Riquísimo, no lo niego. Pero después me agarró una resaca horrible. A mi paladar este tema es de lo más venenoso de Los Cuatro Grandes. Deberían poner una advertencia en la cajetilla.

Fijo te tiene q agarrar jaqueca después de ver cómo estos Back Street Boys transformados en Metallica dejaron de conquistar chiquillas y comenzaron a esclavizar mentes. (Todavía ando como zombie repitiendo "I'll pretend that I'm kissing the lips I am missing..." hasta secarse mi boca). No te podés dejar de marear al ver la velocidad con la q llevaron la música  folklórica al mundo globalizado, electrónico y endiabladamente oscuro de hoy. The Beatles le sacaron todo el zumo al "and roll" y lo tiraron a la basura. Después de ellos todo queda condensado en puro rock q te patea la panza hasta hacerte sentir cagándote. Pero pujás y no se quita el escozor. No es el cuerpo q te convulsiona. Es el alma.

Dicen q el primer paso es aceptarlo. Además, como dice la canción "I can't hide, I can't hide, I can't hide". Así, debo confesar mi reciente adicción por The Beatles. Por el momento estoy tomándole el gusto a las canciones más light, las filtradas de avant-garde, aunque ya probé Get Back y me gustó.

Así q cuando escuchés algo de The Beatles, sé compa y dejame las tres marías.

Asesinan al Príncipe del Rap


(Este post contiene descripciones sobre la trama, y particularmente la conclusión, de la película Seven Pounds.)

Anoche me mataron al príncipe del rap. El culpable fue Tim Thomas, quien después de agredirlo por más de hora y media, lo asesinó de un suicidio.

Debo confesar que siempre me había preguntado por qué los actores tienden a limitarse a ciertos géneros, por qué no es tan común ver a un comediante haciendo roles más oscuros.

Al principio pensé que Chris Gardner, el personaje principal de The Pursuit of Happyness (así con i griega), había susurrado la posibilidad mezclar géneros. Sin embargo, Garder no es más que un príncipe del rap viejo, ya metido en problemas, pero siempre optimista y hasta payaso. Chris no es un homicida.

(Además, cómo podría dejar sabor amargo una película en que uno de los personajes sea encarnado por el actor que hace la voz de Homer Simpson y al final de la película aparezca el auténtico Chris Gardner cruzándose camino con su personaje?)

Distinto sucede con Tim Thomas, personaje de Seven Pounds, la más reciente película del actor Will Smith. Durante toda la trama, Thomas se la pasa odiándose a sí mismo, dejando un sinsabor de tristeza y odio a sí mismo (las antípodas de Bel-Air). Pero lo realmente brutal es el desenlace de la película. Para alguien que siempre vio en El Príncipe del Rap un tributo a la vida, verlo suicidarse aunque sea con otro nombre y en otra historia, siempre va a ser demasiado traumático.

En principio uno podría pensar que la actuación de Will Smith en Seven Pounds lo termina de consolidar como actor y lo catapulta a las alturas mismas del Óscar; pero para los que lo conocimos en El Príncipe del Rap y siempre vimos algo de esa chispa adolescente en todos sus otros personajes, la última encarnación del actor nos arrebató algo que ya sentíamos nuestro: inocencia. Al menos, así pienso yo.

La matanza realizada por Thomas va más allá de un accidente de tránsito y se convierte en una respuesta horrible pero contundente a por qué un actor debe limitarse a ciertos géneros.

En mi mente, el príncipe del rap no será más un adolescente ingenuo, graciosaménte ridículo y sobre todo deseoso de vivir. Anoche algo pequenito pero esencial se quebró. Los demás quizá no lo noten, pero yo sabré que el príncipe del rap está muerto.